Haití tiene una necesidad vital de paz, seguridad y estabilidad política, condiciones indispensables para el progreso económico y social. Es urgente que las autoridades actuales —de facto— asuman su responsabilidad creando las condiciones necesarias para la organización de elecciones generales creíbles e inclusivas. Este es el único camino que permitirá al país reintegrarse plenamente en la comunidad de Estados democráticos del continente y abrir finalmente la vía hacia un futuro mejor para su pueblo.
5. En el seno de las Naciones Unidas, ¿se ha establecido una misión de 5.000 hombres para restablecer la estabilidad y organizar elecciones libres tras el fin del mandato del Consejo Presidencial de Transición?
En efecto, la información disponible sugiere que una iniciativa fue presentada por la administración estadounidense, con el apoyo del gobierno de Panamá, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el fin de autorizar el despliegue en Haití de una fuerza multinacional estimada en 5.500 hombres. Esta fuerza tendría como misión principal neutralizar a las bandas armadas, restablecer la libre circulación en las principales arterias del país y contribuir a la creación de un clima de seguridad propicio para la organización de elecciones libres, creíbles y transparentes.
El Consejo de Seguridad, en la tarde de martes 30 de septiembre 2025 aprobó una resolución que autoriza el despliegue de esa fuerza. El pueblo haitiano está hoy al límite, abrumado por una inseguridad generalizada que parece instalarse en todas las regiones del país. A diario, las pandillas armadas, con total impunidad, imponen su ley, matando, violando, saqueando e incendiando las residencias de ciudadanos pacíficos.
Ante esta tragedia nacional, es urgente que las fuerzas nacionales de seguridad, con el apoyo efectivo de esta nueva fuerza multinacional (FMR), logren restablecer la autoridad del Estado y pongan fin, de manera definitiva e irreversible, a este reino de terror. La población ya no puede más seguir pagando el precio de las decisiones irreflexivas de los líderes políticos que han fortalecido el control de estos criminales sobre el país. Es el futuro mismo de nuestra nación y de nuestra democracia lo que está en juego.
Dicho esto, conviene subrayar con fuerza que, si bien la comunidad internacional puede ofrecer un apoyo técnico, de seguridad o logístico, la responsabilidad primera y exclusiva de la organización de las elecciones, de su credibilidad y de su transparencia recae en las instituciones haitianas. Son ellas quienes deben garantizar que el pueblo haitiano pueda elegir libremente a sus dirigentes, en el respeto de las normas democráticas y de los principios de soberanía nacional.
6. ¿Es usted optimista de que, con la colaboración de la comunidad internacional, Haití pueda salir de las crisis multidimensionales a las que se enfrenta?
Tengo la profunda convicción de que Haití puede salir de esta crisis, pero bajo una condición esencial: que el esfuerzo venga primero de los propios haitianos. Ninguna solución duradera puede imponerse desde el exterior. La comunidad internacional puede desempeñar un papel de apoyo, ofreciendo acompañamiento técnico, logístico y financiero, pero somos nosotros, haitianos y haitianas, quienes debemos definir el camino a seguir y asumir nuestras responsabilidades.